Era previsible que luego de la tremenda desazón que significó en la familia “santa” la pobre campaña de San Martín en el Federal A 2014 se produjera una profunda depuración en el plantel profesional. Esta situación, que no se la imaginó vivir nadie allá por el mes de julio pasado, posibilitó que Facundo Rivero se convirtiera en uno de los “veteranos” del plantel que se entrena a las órdenes de Ariel Martos, a la espera de la llegada de Darío Tempesta, quien asumirá el lunes.
El espigado central reconoce que cuando no se consiguen los resultados esperados, se viven esta clase de situación. “Ni el más pesimista se hubiera imaginado tan sombrío final de temporada. Nos desvivía la idea de terminarla con festejo, pero la realidad fue completamente distinta. El fútbol es así y no tenemos otra alternativa que aceptarlo”, indicó.
Rivero considera que actualmente el reducido plantel, que transitoriamente dirige Ariel Martos, vive el presente con mucha incertidumbre. “Especialmente los pibes del club que fueron promovidos hace poco. Como todavía no hablamos con el nuevo técnico, no sabemos si vamos a ser tenido en cuenta para su proyecto futbolístico. Somos conscientes que en la misma medida que se fueron muchos compañeros, van a llegar otros. Eso ocurrió siempre y no veo porque ahora deberá ser distinto. A nosotros no nos queda otra alternativa que conservar la calma, tranajar tranquilo y poner lo mejor en cada práctica para que el entrenador nos tenga en cuenta”, aclaró quien sumará su tercera temporada en el plantel profesional.
Un trago amargo
El defensor confiesa que la temporada pasada no fue fácil para él. “La pase muy mal en lo anímico. Arranqué jugando todos los partidos de titular, pero de pronto y sin tener un motivo aparente, no tuve la posibilidad ni de ir al banco de suplentes. Soy sincero: no estaba preparado para vivir una situación semejante. Ahora creo que estoy más curtido en ese aspecto y si me volvería a ocurrir seguramente la tomaría de otra manera”, aseveró el defensor de 21 años.